Mittwoch, 15. Oktober 2008

Si Uribe no es narcoparamilitar ¿qué es?



Cientos de elementos demuestran que un narcoparamilitar está al frente del gobierno colombiano. Y nada pasa.

Es el único país en el mundo donde casi setenta parlamentarios oficialistas están en la cárcel, o investigados por participación en actividades con bandas terroristas paramilitares, y el Congreso sigue funcionando de lo más de bien. Y lo ilógico para cualquier ciudadano sensato: ahí se están tramando las leyes para seguir bloqueando la acción de la Rama Judicial.

Varios jefes narcoparamilitares han dicho, ante la justicia, que el presidente Álvaro Uribe Vélez ganó las elecciones por los votos que le aportaron. La orden era votar por Uribe el domingo, o el lunes llegaban para abrir con machete los vientres y vaciarlos, cortar cabezas, violar niñas, descuartizar vivas a mujeres... Las declaraciones están ahí, y todo se ha podido comprobar. Entonces el presidente dice que eso es falso, y todo para ahí. O él se enoja y amenaza.

Todo parece indicar que los grandes medios de información idiotizaron a una buena cantidad de colombianos. Este presidente no tiene igual: ha sido el presidente más reaccionario, corrupto, violento, intransigente, asesino, dictadorzuelo, ligado directamente al narcotráfico y paramilitarismo. Y muchos colombianos creen que es Sor Teresa de Calcuta, que castiga sólo por salvar almas.

Regularmente, en los noticieros de la TV, se ve al presidente Uribe hincado, encomendándose a Dios y a la Virgen. La noticia siguiente es un testigo que cuenta cómo paramilitares o narcotraficantes actuaron bajo la complicidad del rezandero. Sigue otra noticia sobre fútbol o desfile de modas... La segunda información pasa a ser una más. Parece que se aplicara la máxima cristiana: quien peca y se arrepiente, empata. Aunque nadie a escuchado un arrepentimiento de Uribe, todo lo contrario.

Es como si a los ciudadanos que creen en el presidente, les hubieran raptado hasta la capacidad de ver más allá de la punta de las narices. El país se derrumba y ellos se creen en rumba.

El colmo no está entre esas personas del común.

Lo vergonzante, para el hoy y el mañana de Colombia, es la mayoría de intelectuales y periodistas, incluyendo a unos cuantos que aún se dicen de izquierda. Esos que se preguntan con el dedo en la boca, sonrientes y babeando: ¿Será que sí? ¿Será que no?

El temor a perder la mediocre comodidad en que se encuentran, el plato de lentejas y algún guiño para obtener un cargo, les coaguló hasta la dignidad del cerebro.

Esos, en especial esos últimos, ni querrán hacer el esfuerzo para responder la adivinanza que se plantea al final de esta manifiesta entrevista.

Hugo Martines Poveda, ex general de la policía, estuvo al frente de la persecución y muerte del narcotraficante Pablo Escobar. Por tal acto es considerado héroe nacional. El 3 de septiembre 2008, en la emisora bogotana W Radio fue entrevistado. Aunque bastante cuidadoso en sus respuestas, afirmó:

“Sería bueno repasar la historia y mirar los organigramas del cartel de Medellín, cómo eran, quiénes eran los que apoyaban a Pablo Escobar (...) en la prensa, en la política, en el gobierno, en la policía, en el ejército, porque los apoyos venían de todas partes.”

El periodista le pregunta “¿dónde está ese organigrama, quién tiene esos papeles?”

- Pídale eso al servicio de inteligencia de la policía. Si aún conservan los archivos, eso está ahí.

- ¿Y usted recuerda el nombre de alguno de esos personajes que apoyaban a Pablo Escobar, que eran enlaces de él?

- Sí, claro que los recuerdo, pero prefiero mantenerlos en mi mente.

- ¿Y están activos en la vida política de hoy?

- Por supuesto.

Al preguntarle si esos “personajes” están cerca al presidente Uribe, responde:

- Hay mucha gente al lado de él, que de alguna manera estuvieron muy activos en eso.

-¿Está diciendo usted, general Martínez Poveda, que hay gente en el gobierno del presidente Uribe que está en ese organigrama?

- Sí señor.

- ¿Gente que hoy está en el gobierno?

- Sí, claro.

El periodista le insiste al general para que le entregue nombres, hasta que es directo:

- ¿General, incluye usted al presidente Uribe en ese organigrama?

- Ya casi le he dicho “blanco es, gallina lo pone”.

Entonces, ¿será que sí? ¿Será que no? ¿O falta decir que frito se come y Uribe se llama?

Hernando Calvo Ospina es periodista y escritor colombiano. Autor, entre otros: “Colombia, laboratorio de embrujos. Democracia y terrorismo de Estado”. Akal-Foca, Madrid 2008.

Mittwoch, 1. Oktober 2008

El mundo|Miércoles, 1 de Octubre de 2008
Uribe premió en secreto a los que rescataron a Ingrid

Condecorar para no investigar

El presidente de Colombia les entregó la Gran Cruz de Boyacá a todos los militares que participaron de la famosa Operación Jaque, la misma por la que el ejército se hizo pasar por la Cruz Roja y los canales de noticias Telesur y Ecuavisa.


El presidente Uribe había prometido una investigación sobre los métodos del rescate a Betancourt.

Prometió una investigación y terminó condecorándolos. El presidente colombiano Alvaro Uribe les entregó la Gran Cruz de Boyacá a todos los militares que participaron de la famosa Operación Jaque, en la que fueron liberados la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y once oficiales colombianos.

La del lunes no fue una ceremonia militar común. Parecía más bien un casamiento secreto. Sólo participaron los íntimos: el presidente, sus jefes militares, el de la Policía Nacional, el ministro de Defensa y las familias de los condecorados. Entraron al Palacio presidencial de Nariño por detrás, cuando cayó la noche, para evitar a los periodistas que hacían la habitual guardia en la puerta principal.

“Algunos de ellos acudieron a la cita en traje de civil y otros con el uniforme del ejército. La Casa de Nariño no informó sobre la presencia de estos hombres en la sede del gobierno”, afirmó el noticiero del canal RCN, el único medio que descubrió a los militares in fraganti, mientras salían luciendo orgullosos la Gran Cruz de Boyacá en las solapas de sus trajes y uniformes.

El mismo noticiero había difundido en agosto pasado un video de cerca de una hora, que mostraba cómo se había planeado la operación rescate y cómo se habían entrenado durante los días previos el equipo. Aquellas imágenes habían terminado de demostrar que las fuerzas colombianas usurparon ilegalmente y de forma premeditada los símbolos de la Cruz Roja y los canales de televisión Telesur y Ecuavisa. Hasta ese momento, el presidente Uribe sostenía que habían utilizado la simbología como un recurso de último momento, cuando les entró miedo.

Al día siguiente de la difusión del video, el mandatario colombiano no tuvo más alternativa que prometer un castigo para los responsables. “Los errores se pueden perdonar como máximo cuando son de buena fe o inducidos por el temor, pero la mentira en una investigación como ésa no se puede perdonar porque le hace un daño al país.” Hasta el día de hoy, el gobierno no anunció ningún avance en la investigación.

Además, el presidente eligió un mal momento para premiar a sus militares. Esta semana llegó a las librerías de Bogotá Operación Jaque: secretos no revelados, el primer libro que cuenta con detalle el rescate. El libro, que no lleva firma y contiene una recopilación de artículos de diarios como el The New York Times y The Washington Post, sostiene que militares y espías estadounidenses e israelíes ayudaron en el operativo. Por ejemplo, según el periodista norteamericano Steven Dudley, después de la liberación negociada de Clara Rojas y Consuelo González en diciembre pasado, la Casa Blanca tomó nota de la zona de entrega y comenzó a enviar soldados especializados. “El número de soldados subió a entre 900 y mil, sobrepasando el límite permitido por la ley norteamericana de 500 efectivos”, escribió Dudley, habitual colaborador del Washington Post, The Economist, la BBC y Miami Herald.

Su colega del New York Times, Simón Romero le dio la razón semanas después. “Al menos 40 miembros de las American Special Forces fueron involucrados en las operaciones de búsqueda y rescate de los ciudadanos estadounidenses”, publicó. Estos 40 agentes eran, según el diario neoyorquino, Rangers, la fuerza de elite del ejército estadounidense. Habrían llegado a Colombia en los primeros meses de este año para hacer reconocimiento de esa parte de la zona selvática y plantar radares y cámaras de última tecnología.

Aunque el gobierno de Uribe niega que esa vigilancia haya estado vinculada a la Operación Jaque, el comandante de las Fuerzas Armadas, el general Fredy Padilla, le reconoció a la revista Semana que alias Gafas, el guerrillero que cuidaba a Betancourt y los tres rehenes estadounidenses y que fue detenido después del rescate con dos discos externos encima, descubrió uno de los equipos de grabación norteamericano en marzo. Pero no dice qué pasó. De forma sutil, el libro abona a la teoría de que Gafas se habría contactado con los estadounidenses o los colombianos y habrían planeado juntos la más grande operación de rescate de la historia militar de Colombia.